por Harvard Business Review
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20 de septiembre de 2020
Pasar un poco de tiempo la mayoría de los días en sus proyectos importantes, pero no urgentes o de gran envergadura y/o mejorar sus habilidades, es a menudo suficiente para mejorar dramáticamente sus resultados generales en comparación con dedicar nada de tiempo. Por otro lado, las pequeñas fugas de tiempo y energía pueden tener un impacto negativo mayor de lo que la gente percibe. Esos diez minutos que pasas buscando las llaves o respondiendo un correo electrónico que no necesitaba una respuesta inmediata, es inconsecuente en sí mismo. Sin embargo, muchas de estas instancias pueden interrumpir tu flujo, reforzar un sentido negativo de la identidad y, en general, minar tu energía. Cuando se crean sistemas (por ejemplo, reduciendo decisiones innecesarias, racionalizando y simplificando tareas, agrupando, automatizando, subcontratando o utilizando listas de control) que abordan pequeñas fugas de tiempo/energía, se experimentan beneficios de claridad mental al hacerlo que superan con creces el ahorro de tiempo.